porMañana se hubiesen cumplido 75 años de la boda de S.M. la reina Elizabeth II y de S.A.R.el príncipe Felipe. duque de Edimburgo.
Una preciosa historia de amor que comenzará en los albores de la Segunda Guerra Mundial.
Aquel 20 de Noviembre de 1947 Inglaterra y el mundo se volcaron para acompañar a la real pareja.
La entonces princesa heredera Elizabeth, había decidido con mucho mimo las joyas que luciría ese día.
La Fringe Tiara de Queen Mary fue la diadema elegida realizada en 1919,
con los diamantes que componían el collar, transformable en diadema que la reina Victoria le dio como regalo de bodas en 1893.
Adquirida en Collingwood & Co. la reina Mary lucirá la joya como tiara el día de su boda.
El 5 de julio, día anterior a la boda, la reina Victoria escribió en su diario, «Mary & May Teck vinieron a verme y yo le hice entrega de mi regalo… Un hermoso collar de diamantes…
Más tarde, vi los espléndidos regalos que May recibió, en gran cantidad, y estos eran sólo joyas.
Al día siguiente anotó con orgullo «Mientras veía vestir a María (se veía muy guapa). Su vestido era muy simple.
Satén blanco con un diseño plateado de rosas, tréboles, cardos y flores naranjas entretejidas.
En su cabeza tenía una pequeña corona de flores naranjas, mirto y brezo blanco,
coronado por el collar de diamantes que le di, que también puede usarse como diadema,
y el velo de boda de su madre.
En 1919 E. Wolff y Co. empresa de joyería que trabajaba para Garrards rediseña la pieza bajo la forma de una diadema de estilo ruso.
compuesta por 47 barras graduadas de brillantes y diamantes talla rosa que se estrechan divididas por 46 puntas que disminuyen.
Engaste en forma de rombo con nueve brillantes graduados en el centro
disminuyendo a cinco a cada lado y desmontable para usar como collar.
Es en 1936, con motivo de la ascensión del rey Jorge VI,
es el momento elegido por la reina Mary, para cedérsela a su nuera,
quien la conservaría por el resto de su vida.
La propia reina recuerda que:
Aquel día, mientras estaba siendo peinada,
presionó la captura que conecta la tiara a su marco y permite que se quite y use como collar.
Como más tarde le dijo a la duquesa de Cambridge «de repente se fue. Y yo no sabía que era se podía transformar en collar.
Pensé que la había roto… ”.
Una llamada a Garrard, permitió solucionar el mal trance en poco tiempo.
Se cuenta que, la Reina Madre fue oída consolando a su hija,
a la vez que le decía:
» No te preocupes, hay muchas otras diademas para escoger.
Los lóbulos de sus orejas, se verían adornados por un par de pendientes muy antiguos.
Los mismos le habían sido obsequiados por su abuela, a principios de ese año.
Pertenecieron a la princesa María, duquesa de Gloucester, hija del rey Jorge III.
Originalmente, eran la parte superior de un par de pendientes más importantes.
Una perla como centro de un dibujo floral en los que destacan 4 diamantes medianos y otros tantos más pequeños.
De manufactura Inglesa, de segundo cuarto del siglo XIX.
Realizados en diamantes, perlas, plata, oro.
Cada uno con una perla colgante desmontable suspendida de
pinzas recortadas, dentro de un marco en pavé con desplazamiento.
La reina María le dio los pendientes a la entonces princesa Isabel el 31 de enero de 1947,
el día de su partida acompañando a sus padres y a su hermana,
con motivo de la visita de estado a Sudáfrica.
con motivo de la visita de estado a Sudáfrica.
La Princesa agradecerá a su abuela los pendientes en
la primera carta dirigida a ella desde el barco, fechada el 7 de febrero de 1947.
la primera carta dirigida a ella desde el barco, fechada el 7 de febrero de 1947.
Heredados por su sobrina, la princesa María Adelaida, duquesa de Teck.
Quien los legará a su única hija la reina María, que separó los pendientes.
Las gotas, de perlas, eran a veces usado como colgantes de un negligé
por la reina María cuando era princesa de Gales.
Fueron heredados con brillantes para lóbulo de reemplazo
por la Reina en 1953.
Convirtiéndose así en uno de los pares de pendientes,
más usados por la reina Isabel.
No hace muchos años la reina nos sorprendió,
quitando la perla gota y creando una nueva opción.
Pero aquí no termina todo, su padre en un gesto poco habitual decide dejarle como obsequio de bodas,
dos magníficos de collares de perlas que pertenecen a la corona.
Que por ende usan los soberanos, por ejemplo lo normal sería que los usase su esposa, la reina Isabel.
Ambos entraron a formar parte de las joyas de la corona por voluntad de la reina Victoria.
El collar más corto, compuesto por 46 perlas, pertenecía a la reina Ana (1665-1714),
El par más largo, compuesto de 50 perlas, perteneció a la reina Carolina (1683-1737).
Según John Colville, secretario privado de la princesa, faltando poco tiempo para salir a la Abadía de Westminster,
Isabel se percató que no tenía los collares con ella,
Y tenía la intención de lucirlos, pero al figurar como un obsequio,
se encontraban todavía en la exhibición de regalos en el Palacio de St. James.
Entonces Colville, atravesó gran parte del palacio como una saeta, hasta llegar al Daimler reservado para el rey de Noruega.
La muchedumbre fuera de palacio era tan compacta que se vio obligado a apearse del coche y continuar a pié.
Uno de los conserjes en St. James le dejó entrar en el Friary Court.
Explicar su misión a los custodios de los regalos de boda.
Bastante reacios a creer su historia, dudaron y sólo le permitieron llevarse el collar,
cuando pudo enseñar una identificación que le acreditase, y mostrar su nombre en el programa oficial de boda.
Investigador y Maestro Joyero. Expertos en joyería de alta gama. Eventos de la Realeza.
Carmen
octubre 1, 2023Hola, estoy interesada en saber cual fue el destino del collar de diamantes turcos que la reina Victoria de Inglaterra lució el día de su boda. También me gustaría saber que ocurrió con el broche de zafiro que le regalo su esposo el príncipe Alberto el día anterior. También he visto una foto en esta web que hay una foto de la reina Isabel con la tiara fringe y con otro colocada como collar ¿cual es?¿la de la princesa María? Saludos