Sinuosa, de imperceptibles y silenciosos movimientos,
sensual y seductora.
Peligrosa hasta la muerte, desde que el mundo es mundo, la serpiente late, allí donde menos nos esperemos encontrarla.
A su vez, símbolo de sabiduría, vida y eternidad,
Es una constante en joyería por su doble función ornamental y apotropaica.
En Europa, en la Edad Media, el simbolismo demoníaco, lo condenó a la extinción, y fue sólo alrededor de la mitad del siglo XIX, cuando los joyeros lo rescataron del olvido, en particular lo hemos visto en
pulseras y collares, hechos de eslabones de oro flexibles, a menudo adornados con turquesas.
Hacia 1890, en cambio, el motivo de la serpiente decorada con esmaltes pasó a ser una figura recurrente e inquietante en la joyería Art Nouveau.
Bulgari, fue sin duda uno de los joyeros del siglo XX, que ofreció con éxito el motivo de la serpiente milenaria, adaptándolo por primera vez a un reloj pulsera.
El nacimiento de los primeros relojes de pulsera con forma de serpiente, se hallan íntimamente ligados al tubogas.
De hecho, las primeras piezas, tenían la forma de una serpiente muy estilizada, hechas en tubogas o de una malla de oro trenzada, que se envuelve alrededor de la muñeca.
La cabeza de la serpiente, estaba formada por la caja y la esfera,
generalmente rectangular o cuadrada, colocada a la vista en un extremo.
En los años que siguieron, este tipo de reloj se produjo en versiones cada vez más variadas e interesantes, que exploró todas las formas posibles de cajas y esferas: redondas, cuadrada, octogonal, en forma de pera, en forma de cojín, con o sin bisel de diamantes.
La caja se colocó unas veces al final, otras, en el centro.
El brazalete tubogas, también fué diseñado en todas las variantes
posibles. Los relojes generalmente fueron personalizados para Bulgari, cuyo nombre siempre se leyó en la esfera, junto al logo del fabricante del reloj.
En los años sesenta aparecieron los primeros modelos en los que la
serpiente fue interpretada de una manera más realista.
Es entonces, cuando el cuerpo de los relojes de serpiente Bulgari,
se forman a partir de muchos elementos, separados, realizados
exclusivamente en oro amarillo, imitando las escamas del reptil
y cuya realización fue extremadamente elaborada, con la cabeza
y la cola con incrustaciones de diamantes,
Un magnífico ejemplo es el reloj de Elizabeth Taylor,
inmortalizado en la muñeca de la actriz en una fotografía tomada durante el rodaje de Cleopatra.
La cabeza pavé de diamantes con ojos de esmeralda,
y enriquecido con una especie de cresta de diamantes talla navette.
Dichos elementos están hechos a mano a partir de una placa de oro, ensambladas por bisagras del mismo metal y soldadas, o atornilladas en la versión decorada con esmaltes.
En el interior, un resorte de oro blanco permitía una flexibilidad extraordinaria y muy realista.
En la cabeza de la serpiente, escondida
la caja del reloj, pudiéndose leer la hora en la esfera levantando una
tapa fijada por bisagras en la parte superior y central de la cabeza.
Posteriormente, nacieron muchas versiones, algunas de las ellas
sin reloj.
El cuerpo aún era de oro, pero las pequeñas escamas de los
primeros especímenes se hicieron más grandes y enriquecidos con decoraciones poligonales en rombos o en esmaltes policromados, en las combinaciones de los más variados y vistosos colores: turquesa y blanco, amarillo y rojo, verde, rojo, negro y azul claro, etc.
A esta variedad de esmaltes llegaron toda una gama de piedras talla pera, navette o brillante, imitando el ojo de la serpiente: diamantes amarillos o incoloros, rubíes, zafiros o esmeraldas.
La longitud de la pulsera era, por supuesto, variable,
y los ejemplos más impresionantes son sin duda aquellos que se
envuelven en varias volutas alrededor de la muñeca.
Diana Vreeland, encarga el cinturón de serpiente en oro y esmalte rosa y blanco con ojos de zafiro, pieza única.
Conocida por sus accesorios excéntricos y de gran tamaño.
Entre las casi 400 notas escritas por Diana, mientras fue editora en Vogue (1963-1971), parece ser que en el momento en que probablemente ordenó su cinturón, estaba particularmente fascinada por los motivos de serpientes en joyería.
El 16 de septiembre de 1968 escribió: «No te olvides de la serpiente… La serpiente debe estar en cada dedo, en cada muñeca y en todas partes.
La serpiente es el motivo de Horus en joyería.
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