El jueves 27 a media tarde llegan los condes de Barcelona y lo primero que hacen es acudir a conocer a su primera nieta.
Don Juan se había reunido en varias ocasiones en suelo español
con Franco durante su exilio, pero doña María de las Mercedes
llevaba desde 1930 sin pisar Madrid.
El bautizo hace que pasen unas horas en Madrid.
Se alojan en la finca Soto de Mozanaque, propiedad del duque de Alburquerque, jefe de su Casa, en la localidad madrileña de Algete.
Al día siguiente del bautizo, regresarán a Estoril.
A los otros abuelos, los reyes de Grecia, Pablo y Federica, Franco
les ofrece alojarse con motivo del bautizo en el palacio de la
Moncloa, edificio que hace las funciones de residencia oficial para
las escasas visitas oficiales que se reciben en España en esas fechas.
LA ZARZUELA
El palacio de la Zarzuela, que desde el mes de febrero de ese año
se ha convertido en la residencia estable de sus padres.
Es una residencia del siglo XVIll, más bien un antiguo pabellón
de caza para Carlos IV y Fernando VII, decorado con piezas
del patrimonio nacional, regalos de boda y tres contenedores
enteros que se trae la princesa Sofía desde Grecia.
La Zarzuela ha sido ampliada en varias ocasiones.
La última en 2008: se ha creado un verdadero pabellón de caza, donde el rey puede recibir a sus amistades y estar rodeado de sus trofeos.
EL BAUTIZO
Un acto muy sencillo, sin la pompa palaciega de otras horas de la Historia de la monarquía,
sencillo altar portátil.
Se hace traer agua del río Jordán y la pila de cristianar de

gruesas perlas y un turbante gris en la cabeza.
LA PILA BAUTISMAL
«El primer rey cristianado en esa pila es Felipe IV, el penúltimo de los Austrias que reina en España.Santo Domingo de Guzmán fue bautizado en esta reliquia
En 1605, Felipe III trasladó la pila de Santo Domingo desde Caleruega hasta Valladolid para bautizar a su hijo, el futuro Felipe IV,
La pila bautismal de Santo Domingo de Guzmán se conserva
actualmente en la iglesia del monasterio de Santo Domingo el Real,
situado en el número 112 de la calle Claudio Coello, de Madrid.
Desde allí se traslada cada vez que se oficia un bautizo en
el palacio de la Zarzuela. Se empezó a trasladar para la infanta Ele-
na, siguieron sus hermanos Cristina y Felipe, y luego los hijos res-
pectivos de cada uno.
El primer monasterio de Santo Domingo el Real fue funda-
do en Madrid por Santo Domingo de Guzmán en 1218, y estaba
Situado en lo que ahora se conoce como plaza de Santo Domin-
go. Fue demolido en 1870.


En primera línea se sitúan doña Carmen Polo de Franco, a
su derecha el conde de Barcelona, Franco y doña Sofía, que se cu-
bre la cabeza con una mantilla negra y oculta recatadamente los
hombros con una torerita de visón. Lleva un discreto vestido de
cóctel sin mangas. En apenas Cuarenta minutos, la niña recibe las
aguas del Jordán y la bendición del papa Pablo VI, que tan sólo
lleva seis meses al frente del papado:
Reales, encomendamos de todo corazón al Señor a vuestra hija.
gracias divinas sobre ella y Vuestras Altezas una particular
Bendición apostólica.»
en respuesta a su bendición:
de Vuestra Santidad con ocasión del bautizo de nuestra hija Elena
felizmente celebrado hoy, rogámosle, Beatísimo Padre, se digne
la seguridad de nuestra adhesión a la Sede Apostólica
Al bautizo de la criatura acuden los reyes de Bulgaria; los jefes de las Casas de S. M. la reina Victoria Eugenia y del conde de Barcelona,
La princesa Tatiana Radziwill; el presidente, vicepresidente y secretario del Consejo Privado del conde de Barcelona;
los marqueses de Villaverde; embajadores de Grecia,
las enfermeras Elvira Moreira y Pilar Carrascal; el presidente de la
Federación de Asociaciones de la Prensa de España; los directores
del Ya, Arriba, Pueblo, Informaciones, Madrid, El Alcázar y ABC;
así como los directores de las agencias Logos, Mencheta, Pyresa, France Press, United Press y Reuter.
Don Carlos Chías, Tessa de Baviera, príncipe Adan Czartorisky, Cristina de Baviera, princesa Dolores de Bobón Dos Sicilias,
princesa Marisol de baviera, Luis de Baviera, Infante don Luis Fernando de Baviera, SS.MM. los reyes de Bulgaria.
Princesa Inés de Borbón Dos Sicilias, Doña Esperanza y Don Carlos Zaimosky, los marqueses de Villaverde,
Victoria Marone y Borbón y Don José Carlos Alvarez de Toledo yla marquesa de Laula.
tanto curiosa.
y su mujer, Carmen Polo, asisten a él:
La duquesa de Alba junto a los embajadores griegos señores de Capytanides.
Las señoras de Pemán y García Valdecasas, junto al matrimonio Yanguas Messía.
Junto a la embajadora de Grrecia, señora de Capytanides.
LAS JOYAS LUCIDAS POR S.A.R. LA PRINCESA DE ASTURIAS.
Haré un pequeño punto y aparte para hablar de las joyas lucidas por doña Sofía.
Lucía el collar de diamantes, una delicada gargantilla de brillantes, que recibió como obsequio de su madre S.M. la reina Federica de Grecia con motivo de su boda .
Un par de pendientes en las mismas piedras, formado por 3 hileras de pequeños brillantes que culminan en brillantes más grandes.
Prendido en su hombro, un bellísimo broche de diamantes recibido con motivo de su enlace,
Podemos apreciarlo aunque de lejos en la exposición de los regalos de boda.
En las imágenes de abajo vemos a la princesa durante la gala de reapertura del Tetaro Real, luciéndolo.
LA PULSERA DE LA INFANTA ISABEL
Lucía la princesa dos preciosos brazaletes, uno de ellos una pieza histórica que en su día,
perteneció a S.A.R. la infanta Isabel.
Como se ve en la imagen se trata de una elegante pieza formada por dos delicadas líneas de diamantes que enmarcan en el aire 7 importantes perlas centradas con diamantes .
La joya heredada a la muerte de la infanta por S.M. el rey Alfonso XII, le fue obsequiada a su futura nuera entre otras importantes piezas con motivo de su boda en Roma.
La condesa de Barcelona o la reina María, para los monárquicos llevó la pieza en innumerables ocasiones, como para este posado fotográfico.
Doña María entregará la pieza a su futura nuera (la historia se repite)
y será lucida por esta en una de las fiestas previas a su boda con el príncipe.
Si bien parece ser que la condesa volvió a lucir la joya en alguna que otra ocasión.
La reina dará la pieza a su primogénita que la lució el día de su boda, y en otros significativos momentos.
En su otra muñeca una bellísima pieza en diseño floral donde una orla de brillantes cobija a otra,
que forma detalles en zafiros.
Ambas forman el marco perfect para realzar un importante brillante.
Estas flores, se unen entre sí, por un elemento realizado en las mismas piedras.
Como vemos, en su dedo luce un zafiro de corte cabujón, rodeado de brillantes.
Extractos del libro:
LA INFANTA ELENA
«La reina que no pudo ser»
Carmen Duerto, Cecilia Crego

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