Un broche espléndido, un gran zafiro orlado de diamantes, regalo de bodas de un príncipe enamorado a su pequeña reina.
Victoria, la joven reina usó por primera vez el broche de zafiro el día de su boda y a lo largo de su existencia.
Legado a la corona debido a su valor sentimental para la reina Victoria, el broche de zafiro del Príncipe Alberto queda de este modo vinculado a la historia del gran país que lo cobijó.
El libro de Theo Toebosch «Chivos expiatorios elegidos»detalla minuciosamente el proceso de venta entre el joyero de Ámsterdam Wolf Josephus Jitta y el duque Ernesto I de Sajonia-Coburgo y Gotha, padre del príncipe Alberto, de un fermoir (un broche/cierre a menudo usado como broche) consistente en un zafiro muy grande rodeado por 12 brillantes.
Esta venta se produjo justo después del anuncio del compromiso entre la reina Victoria y el príncipe Alberto. Se sabe que también se adquirió un broche similar, más pequeño.
La familia de Josephus Jitta, de Amsterdam, se dedica al comercio de perlas y piedras preciosas desde finales del siglo XVIII.
Joyeros de la corte del rey Guillermo II y la reina Ana y el rey Guillermo III y la reina Sofía de los Países Bajos, la reina Olga de Württemberg, el emperador Napoleón III de Francia, su prima la princesa Mathilde y el Gran Duque Constantino de Rusia.
En 1843, por ejemplo, Jitta vendió dos diamantes importantes un brillante oblongo incoloro de 21.25 Cts. y un brillante oblongo rosa de 14Cts. por 130.000 francos al exiliado duque de Brunswick.
Después de la muerte de la reina Sofía, se encargó a Joseph Josephus Jitta que hiciera el inventario de sus joyas.
Nos remontamos a 1839, más exactamente al mes de octubre.
Feria de Leipzig, es a través de la casa bancaria Frege, que Wolf Jitta ofrece al duque de Saxe-Coburg y Gotha un fermoir a menudo utilizado como cierre de un collar, que contiene un zafiro muy grande rodeado de 12 brillantes, por el precio inicial de 12.000 florines.
En primera instancia, Albrecht Friedrich Schnür de las oficinas privadas del duque, responde negativamente a la oferta. Pero cuando Wolf, en su viaje de regreso a Ámsterdam, decide visitar Coburg lleva esta vez una nueva oferta 10.000 florines a pagar en el plazo de un año, allí es donde se despierta el interés por el fermoir.
Schnür confirma que le ha transmitido la oferta al duque, quien no la rechaza de inmediato, pero le gustaría pensar en ello. A finales del próximo mes decidirá definitivamente. Mientras tanto, Josephus Jitta puede disponer libremente del fermoir.
El 29 de noviembre de 1839, Wolf le pide a Schnür que transmita sus felicitaciones al duque por el compromiso del príncipe Alberto con la reina Victoria. Quizás la boda y las festividades que la acompañan sean una gran ocasión para comprar joyas. Wolf siempre está dispuesto a entregar perlas, joyas y piedras preciosas al duque, y con el pago acorde a sus deseos del duque.
PD: ¿Puede recordarle a Schnür el fermoir?
Al día siguiente se acuerda la compra de la joya en 10.000 florines.
Se le pide a Wolf que envíe el fermoir a Coburg y que indique sus deseos de pago, se le pide a Wolf que organice el transporte a Frankfurt am Main, para que el fermoir esté en Gotha antes del nuevo año.
Los hijos de Wolf, Simon, Joseph y Alfred, viajan a Gotha con el fermoir y más joyas. Unas semanas más tarde regresan a Amsterdam con nuevas órdenes (entre las que se encuentra otro fermoir) y una carta que nombra a Wolf Jitta como joyero de la corte del duque.
El 6 de enero de 1840 Wolf envía a Schnür dibujos de diseño, no solo del fermoir, sino también de un juego de perlas en forma de pera de 125 gramos y un juego de brillantes para unir al fermoir.
También le oferta, un brazalete de 10 hilos de perlas de primera calidad, un zafiro rodeado de brillantes (5.600 florines), un ferronnière que también se puede usar como collar que consta de 20 brillantes de primera clase de los cuales el más grande pesa 6 gramos, un zafiro, un brillante y una perla en forma de pera. Precio: 5.300 florines.
Resumiendo, lo que tenemos es una correspondencia que detalla la venta de una joya que se ajusta exactamente a la descripción del broche de bodas de la reina Victoria, justo después de que se anunciara el compromiso de la reina con el hijo del duque, el príncipe Alberto.
Un retrato de alrededor de 1840 confirma que la reina Victoria efectivamente usó el broche como fermoir cuando lo llevó como broche de un collar de perlas de dos vueltas.
En la correspondencia también se menciona un segundo zafiro, más pequeño (la mitad del precio del fermoir), que de haberse adquirido podría o no haber ingresado a la Colección Real poco después del broche de boda de la reina Victoria.Podemos deducir que la adquisición del broche, que el Príncipe Alberto obsequiara a su real prometida, fue adquirido por el suegro de la reina Victoria al joyero holandés Josephus Jitta, que mandó fabricar la joya en Amsterdam, según la correspondencia establecida entre Jitta y la Corte Ducal de Saxe-Coburg y Gotha.
El broche fue lucido por S.M. la reina Alejandra, el día de su coronación.
S.M. la reina María lo supo lucir en algunas ocasiones también.
Más raramente fue visto en la reina Isabel. reina madre (foto royalwatcher)
En revancha S.M. la reina Isabel II lo ha lucido en cantidad de ocasiones a lo largo de sus 70 años de reinado, si bien con alternancia de décadas.
EN EL ABRIGO
Y SOBRE EL VESTIDO
HOY LO LLEVA EN SU DIGNIDAD DE SOBERANA DE GRAN BRETAÑA S.M. LA REINA CAMILLA
luciéndolo en la ciudad de Hamburgo durante la visita oficial que tuvo lugar en marzo de 2023.
Rosebud
abril 3, 2023Muy interesante, gracias por compartir!
Pablo
abril 3, 2023Muchísimas gracias, por tu atención al dejarme tu comentario